5.3 INTRODUCCIÓN AL LIBRO DE JOB


El libro de Job suele aparecer como el primero dentro del grupo de los libros poéticos y sapienciales (antes del libro de los Salmos). No sucede lo mismo en la Biblia hebrea, en la que viene colocado a continuación del libro de los Salmos. Quizá su posición al principio del grupo se debe a que Job era considerado un patriarca que vivió en los tiempos antiguos, antes que David y Salomón.


El título de Libro, viene por su protagonista. Se trata de un hombre íntegro, natural de Us (ciudad situada al sur de Edom) que sufre grandes reveses en sus posesiones, en su familia y en su propia salud. Tras defender su inocencia ante los amigos que le visitan y escuchar la voz del Señor, acaba callando, y entonces Dios le otorga de nuevo los bienes con mayor abundancia aún. Su figura tiene los rasgos de los antiguos patriarcas y su nombre era conocido en la tradición de Israel, pues el profeta Ezequiel menciona a Job como un hombre justo, junto a Noé y Daniel (cf. Ez14,13-20).


No se conoce quién fue el autor de este libro. Por el estilo y por el conocimiento que demuestra de la sabiduría tradicional de Israel y las tradiciones del pueblo, quien lo compuso, tuvo que ser un israelita docto. A veces se ha puesto en duda que el autor de Job hubiera pertenecido al pueblo escogido, pues llama la atención que apenas utilice el nombre del Señor. Sin embargo, este hecho probablemente es señal de que en los escritos sapienciales se buscaba un auditorio amplio. Tampoco se poseen datos suficientes para datar este libro con seguridad. El relato en prosa sitúa a Job en la época patriarcal cuando el «paterfamilias» cuidaba de los suyos y ofrecía sacrificios personalmente. Por estas razones la antigua tradición rabínica hacía remontar la fecha de composición al siglo XX a.C. No obstante, los comentaristas cristianos más antiguos y muchos Padres de la Iglesia ya consideraban que el libro no pudo ser escrito antes del reinado de Salomón.


Modernamente se han ido señalando detalles que concuerdan mejor con la época persa (siglos V-IV a.C.). Por un lado, tras la experiencia del destierro de Babilonia se agudiza el problema del sufrimiento: ¿Cómo Dios puede permitir que un inocente, sea una persona individual sea el pueblo entero de Israel, soporte tan enorme aflicción? Por otro, durante esos años es cuando más florece la literatura sapiencial.


Además, es posible que la figura de Satanás que aparece en el prólogo como «tentador» tenga influencias persas. En cualquier caso, refleja una época anterior a la de los Macabeos y Daniel, en la que todavía no se ha iluminado el misterio del «más allá».

Desde el punto de vista literario resulta una obra compleja, pues contiene una parte en prosa, y otra en verso, muy diferentes entre sí. Muchas de las secciones que componen el libro pudieron haber existido como piezas indo-pendientes de un mismo autor o de autores distintos. Con todo esto, el libro en su conjunto forma una obra coherente, está dedicado a la reflexión sobre el problema del justo que sufre y éste es el gran tema que se plantea en el conjunto de la obra, y a cuyo servicio está el marco narrativo ficticio que lo introduce y lo concluye. De ese modo, un autor desconocido compuso la obra poética aprovechando la leyenda e introduciendo tres amigos para los diálogos.  En esa amplia sección se plantearía el problema del justo que sufre, al que la sabiduría tradicional, representada en los discursos de los amigos, no daba respuesta satisfactoria. Es también posible que el mismo autor compusiera los discursos del Señor y que retocara la parte final en prosa, con la mención de los interlocutores, haciendo que la obra fuera aceptable para los sabios de su tiempo (cf. Job42,7-9).


Después de esto, la obra habría sufrido ampliaciones con los Discursos de Elche y el elogio de la Sabiduría.


El problema del sufrimiento del justo que plantea el libro de Job no es originario de la literatura bíblica, sino que se ambienta en las reflexiones del mundo antiguo sobre el problema del mal y del dolor.  Hay que relacionarlo sobre todo con algunas obras procedentes de Mesopotamia (como, por ejemplo, el Poema del justo que sufre o también el Diálogo de un sufriente con su amigo.


El libro de Job parte desde el comienzo de la fe en un único Dios, el Dios de Israel. La fuerza del libro está en la parte poética: en los diálogos entre Job y sus amigos y en la manifestación y locución de Dios. En esta parte el libro de Job es único tanto por la fuerza con que se plantea el problema del justo que sufre, como por la actitud del protagonista: Job más que suplicar a Dios, se encara con Él. El lector no dejará de sorprenderse cuando la respuesta de Dios desde la tormenta no conlleva la promesa de devolverle los bienes.

Aquí un audio con los aspectos mas importantes del libro de JOB







Gonzalo Aranda Pérez, Diego Pérez Gondar. (2017). Libros Poéticos y Sapienciales. Recuperado de https://onedrive.live.com/?authkey=%21AGAgrme8SnKfMo8&cid=768C779B6EDAE93B&id=768C779B6EDAE93B%2134200&parId=768C779B6EDAE93B%2114170&o=OneUp



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